¿Os imagináis un pueblo donde el tiempo se detuvo, el agua es tan transparente como el cristal y las casas de techos de paja parecen sacadas de un cuento de hadas japonés? Pues dejadme presentaros Oshino Hakkai, un rinconcito mágico a los pies del Monte Fuji que parece haberse quedado en el Japón feudal. Aquí, las aguas cristalinas, las tradiciones ancestrales y las vistas al Fuji se mezclan como el té verde con los wagashi.

Oshino y el Monte Fuji
Oshino Hakkai (忍野八海) es un conjunto de ocho estanques en el pueblo de Oshino, ubicado entre los lagos Kawaguchiko y Yamanakako, en la región de los Cinco Lagos de Fuji (en la prefectura de Yamanashi). Estos estanques se formaron en el lugar donde antiguamente existía un sexto lago, que se secó hace siglos. Su agua proviene del deshielo del monte Fuji, filtrándose durante más de 80 años a través de capas de lava, lo que da como resultado un agua de manantial excepcionalmente clara y considerada sagrada por los habitantes locales.
Imaginaos el viaje que hace esa agua: nieve en la cima del volcán, deshielo, filtración lentísima a través de la tierra volcánica… ¡años y años! Y al final, emerge en estos ocho estanques con una pureza que quita el hipo.

Oshino Hakkai literalmente significa “las ocho aguas claras de Oshino”, y la vista del Fuji desde aquí es simplemente espectacular. En días despejados, la montaña se refleja perfectamente en la superficie de los estanques como en un espejo gigante. Es una imagen de postal, ¡de esas que te hacen decir «guau»! No importa cuántas fotos hayas visto del Fuji, verlo reflejado en Oshino Hakkai es una pasada.
Pero Oshino Hakkai no es solo agua. Es un viaje al Japón rural, con casitas de techos de paja (kayabuki), huertos de verduras y ancianos sonrientes que os saludarán con un “Konnichiwa” mientras paseáis.

La historia de Oshino
Oshino Hakkai no siempre fue un destino para selfies con el Fuji de fondo. En el siglo XIX, era un centro de peregrinación donde los fieles de la secta Oga-ko (rama del Fuji-ko) realizaban abluciones (baños rituales) en sus aguas. Estos estanques, alimentados por el deshielo del Fuji filtrado durante 80 años a través de lava volcánica, eran considerados puertas al mundo espiritual.

Pero en 1868, con la política Haibutsu Kishaku (que prohibía cultos budistas), la fe en el Fuji decayó y los rituales cayeron en el olvido. Tras la Segunda Guerra Mundial, los ascetas eran tan raros como un día sin nubes en Tokio. Todo cambió en 1985, cuando Oshino Hakkai fue nombrado una de las “100 Aguas Famosas de Japón”. Así, el pueblo resucitó… pero como imán turístico.

Qué ver y hacer en Oshino Hakkai

Los ocho estanques de Oshino Hakkai
Cada uno de estos estanques tenía un papel en los rituales, y aunque hoy la gente va más por fotos que por purificarse, su esencia sigue ahí.
Uno de los estanques cuenta con una fuente de la que los visitantes pueden beber directamente. Los estanques son profundos y albergan una variada flora acuática, así como grandes peces.

¿Y por qué ocho? Buena pregunta. En la cultura japonesa, el número ocho tiene una connotación de buena suerte y prosperidad. Además, en el budismo, el óctuple sendero es fundamental. Así que, quizás, estos ocho estanques también tengan un simbolismo especial.

- Estanque Deguchiike: Es el estanque más grande y el más apartado de todos. Rodeado de montañas y con el Santuario Deguchi Inari Daimyojin oculto entre los árboles, es el primer lugar sagrado de Oshino Hakkai. Al no haber tiendas cercanas ni la afluencia de turistas que se encuentran en otras zonas, aquí es posible disfrutar del paisaje en su estado más puro.
- Estanque Okamaike: Este pequeño estanque, considerado el segundo sitio sagrado de la zona, destaca por su forma peculiar que recuerda a una olla en ebullición, de donde proviene su nombre. Es el más pequeño de todos (tan solo 24 metros cuadrados), pero su belleza no pasa desapercibida: agua de un azul profundo y nenúfares flotando.
- Estanque Sokonukeike: El tercero de los sitios sagrados de la zona, es conocido por una antigua leyenda que dice que cualquier prenda lavada en sus aguas desaparece sin dejar rastro. Ubicado dentro del Museo del Bosque Hannoki, su acceso requiere una tarifa de entrada de 300 yenes. Pero a cambio, además de ver el estanque, podrás explorar un museo al aire libre con casas tradicionales y herramientas antiguas. ¡Un 2×1 cultural!
- Estanque Choshiike: Conocido como el «estanque del emparejamiento», su nombre proviene de su semejanza con un choshi, una jarra tradicional para servir sake. Se encuentra en una zona tranquila cubierta de césped, junto al río Ahara, no lejos del estanque Wakuike. En su fondo, se puede observar cómo el agua brota de la arena, creando un efecto hipnótico.
- Estanque Wakuike: Ubicado en la calle más concurrida de Oshino Hakkai, este estanque es uno de los más emblemáticos de la zona debido a su abundante agua de manantial y sus vistas pintorescas. Frente a él hay tiendas de recuerdos y un molino de agua. Su profundidad y su superficie ondulada ofrecen un paisaje impresionante. ¡Es la postal típica de Oshino Hakkai! En 1983, la NASA utilizó agua de este estanque en un experimento para crear nieve en el espacio.
- Estanque Nigoriike: Está junto al estanque Wakuike y se conecta con el río Ahara. Según una leyenda, un asceta errante pidió un vaso de agua y le fue negado, lo que provocó que el estanque se volviera turbio. Aunque su caudal es reducido, aún se pueden observar pequeñas filtraciones de agua de manantial.
- Estanque Kagamiike: Situado al norte de la calle que lleva a Wakuike, este estanque tiene un caudal limitado, pero su mayor atractivo es la imagen del monte Fuji reflejándose en sus aguas cuando las condiciones son ideales. Antiguamente conocido como Konoshiro, se dice que tenía la capacidad de distinguir entre el bien y el mal.
- Estanque Shobuike: Ubicado al este del estanque Kagamiike, este estanque destaca por la vegetación que lo rodea, en especial por la presencia del Iris japonica (¡que alcanza la altura de un adulto!) y la especie invasora Iris pseudacorus. A sus espaldas se encuentra el parque Hakkai Shobudake.

Hannoki Bayashi Shiryokan
Cerca del estanque más grande se encuentra el Hannoki Bayashi Shiryokan, un pequeño museo al aire libre.

Aquí, las casas de techos de paja, restauradas con mimo, os transportarán al Japón del siglo XVIII. En algunas podréis entrar y ver cómo vivían los campesinos: herramientas de labranza, telares antiguos y hasta una cocina de leña que huele a historia.

La entrada, como comentamos anteriormente, es de 300 yenes.
Gastronomía local
En los alrededores de los estanques, hay varios restaurantes, tiendas de souvenirs y puestos de comida que ofrecen productos locales como dulces, encurtidos y artesanías. También es común encontrar parrillas al aire libre con especialidades como boniato asado y galletas de arroz tostado.

Otras opciones que podéis probar son:
- Soba frío: Fideos elaborados con el agua pura de los estanques, de textura suave y un sutil sabor terroso.
- Sushi de trucha: Trucha fresca de los ríos cercanos, marinada en salsa de soja y servida sobre arroz.
- Dango tricolor: Brochetas de mochis en tres colores: verde (té), rosa (flor de cerezo) y blanco (soja).
Y si os entra sed, comprad una botella de agua de manantial del Monte Fuji (sí, se vende en todas las tiendas). Es como beber nieve derretida, pero con clase.😂

Cómo llegar a Oshino Hakkai
Para llegar a Oshino Hakkai desde Tokio, primero debes dirigirte a Kawaguchiko.
Puedes optar por tomar un autobús expreso directo desde Shinjuku, que tarda alrededor de 2 horas, o bien viajar en tren tomando el JR Chuo Rapid desde Shinjuku hasta Otsuki y luego transfiere al Fujikyu Railway hasta la estación de Kawaguchiko. El trayecto total dura unas dos horas, y cuesta alrededor de 4.000 yenes si no tenéis JR Pass.
Una vez en la estación de Kawaguchiko, puedes tomar cualquier autobús local que vaya hasta Gotemba, ya que todos hacen una parada en Oshino Hakkai. También es posible tomar los autobuses turísticos Fujikko y bajarse en la parada «Oshino Hakkai». El trayecto dura unos 30 minutos y cuesta 620 yenes.

No olvides revisar los horarios antes de viajar para organizar tu día de la mejor manera.
Dónde alojarse
Si planeas pasar más de un día explorando el Monte Fuji, recomendamos alojarse en la zona de Kawaguchiko, cerca del Lago Kawaguchi. Kasutei Ooya tiene habitaciones de estilo japonés y con aguas termales con vistas al Monte Fuji. (Hay opción de onsen privado 🤩)
🏨 En la zona de Kawaguchiko:
Por otro lado, si también visitáis la Pagoda Chureito, el hotel Saruya está a un kilómetro y a 5 minutos a pie de la estación Shimoyoshida.
🏨 En la zona de Shimoyoshida:
Entre pozas de agua cristalina, techos de paja y el Fuji sonriendo desde lejos, Oshino Hakkai es el lugar perfecto para desconectar de Tokio, respirar aire puro y recordar que la belleza más simple es la que más perdura.
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