Imagina un templo lleno de estatuas excéntricas, risas, y un ambiente de serenidad que te atrapará desde el primer momento. En el templo Otagi Nenbutsuji de Arashiyama, la tradición se combina con la diversión de una manera que seguramente te sorprenderá. Ofrece una experiencia diferente a los demás templos de Kioto. Es un lugar ideal para los amantes del arte, la naturaleza y la espiritualidad. Si quieres conocer un rincón especial de Japón, no te pierdas Otagi Nenbutsuji.
Historia del templo Otagi
Los orígenes del templo Otagi (llamado así inicialmente) se remontan al año 766, cuando fue fundado por el emperador Shotoku a orillas del río Kamo, muy cerca del famoso barrio de Gion.
Sin embargo, al principio de la era Heian (794-1185), fue destruido por una inundación del río Kamo. Pero la esperanza volvió al templo de la mano de Senkan Naigu, un sacerdote de la secta esotérica del budismo Tendai, quien lo reconstruyó como un anexo del templo Enryaku-ji, ubicado cerca del monte Hiei, al noroeste de Kioto.
Los lugareños, agradecidos, instalaron una estatua llamada Yaku-yoke Senju Kannon (el Bodhisattva Kannon de mil brazos que protege contra la mala suerte), tallada por el mismo Senkan Naigu, en el templo renovado.
A lo largo de los siglos, el templo Otagi ha enfrentado numerosas adversidades naturales, desde tifones hasta nuevas inundaciones. En el siglo XIII, durante las cruentas guerras civiles, el templo Otagi fue reducido a escombros y destruido por completo.
Reubicación del templo Otagi
Sin embargo, en un esfuerzo por preservar el salón principal y el portón de entrada, en 1922 se llevó a cabo la reubicación del templo a su emplazamiento actual en el norte de Arashiyama. No obstante, este cambio de ubicación no lo eximió de sufrir graves daños provocados por un feroz tifón en 1950.
Pero la historia del templo Otagi no termina ahí. En 1955, un escultor y restaurador de estatuas budistas, Kocho Nishimura, quien luego se convirtió en monje budista, tomó las riendas del templo Otagi y comenzó una increíble transformación artística.
La idea de crear las estatuas de rakan surgió en la década de 1980, como una forma de recaudar fondos para la restauración del templo y de involucrar a la comunidad. Nishimura invitó a personas de todo Japón a participar en talleres de escultura, donde podían crear sus propias obras de arte con bloques de piedra volcánica. Los participantes no tenían que ser expertos, sino que podían expresarse libremente y dar rienda suelta a su imaginación. Así, se crearon cientos de estatuas con todo tipo de detalles y accesorios, como sombreros, gafas, instrumentos musicales, animales e incluso personajes de manga.
El resultado es un conjunto único y maravilloso, que combina la tradición budista con la creatividad popular. El templo Otagi Nenbutsuji es un lugar lleno de magia y encanto, donde se puede disfrutar de la belleza natural y de la diversidad artística. Es un lugar que merece la pena visitar y que no deja indiferente a nadie.
Hoy en día, la familia Nishimura continúa cultivando la visión artística del templo. Tanto el hijo como el nieto de Nishimura son sacerdotes budistas y artistas talentosos. Juntos, exploran nuevas formas de expresar el mensaje de felicidad de Buda a través de la música, la fotografía y otras formas de arte.
El actual templo Otagi Nenbutsuji
La puerta de entrada al Templo Otagi Nenbutsu-ji, que data del período Kamakura (1192-1333), está custodiada por dos estatuas Nio, unas figuras que suelen encontrarse en las puertas de los templos japoneses.
Tras la puerta, te encontrarás con la tienda del templo y unas escaleras que ascienden por la montaña, la cual está poblada por numerosas estatuas de rakan. Una vez arriba, descubrirás los puntos más destacados del complejo: el salón principal y dos pequeños pabellones: el salón de Jizo, donde se venera al protector contra el fuego, y el salón de la Fureai Kannon, donde puedes tocar la estatua de la diosa de la misericordia.
Además de estos puntos destacados, podrás admirar la impresionante escultura dorada de Kokuzo Bosatsu, la deidad de la prosperidad, el estudio y los negocios; y el Sambo-no-Kane, las campanas de los tres tesoros, cada una inscrita con las palabras de Buda, Dharma y Sangha. Al golpearlas en secuencia, se crea una armoniosa melodía que se ofrece como una plegaria a Buda, quien, se dice, comprende los deseos de tu corazón.
También verás la pagoda Tahoto (de dos pisos) junto a la figura del famoso monje budista Saicho, también conocido como Dengyo Daishi después de su fallecimiento.
Las 1200 estatuas de rakan
Sin lugar a dudas, lo que más impresiona a los visitantes del templo Otagi Nenbutsu-ji son las asombrosas 1,200 estatuas de rakan, también conocidas como los discípulos de Buda (lo que también se conoce como arhat).
Lo curioso es que cada rakan tiene su propia expresión y está entretenido en diferentes actividades. Por ejemplo, puedes encontrarte con uno que juega al tenis y otro que practica boxeo. También hay guitarristas, saxofonistas, fotógrafos, con gafas o simplemente disfrutando de un buen sake. Es realmente divertido observar las peculiaridades de cada una, ya que no hay dos iguales. De hecho, es toda una tradición buscar al rakan que más se parezca a uno mismo.
Además, muchas de estas estatuas están completamente cubiertas de musgo, lo que le añade un toque místico a los rasgos de las figuras y al ambiente en general de toda la zona.
Estas expresiones humorísticas contrastan notablemente con las representaciones ortodoxas de Budas que se encuentran en Japón y el Sudeste Asiático. Puedes compararlas, por ejemplo, con los cientos de Budas representados de manera convencional en el templo de Sanjusangen-do.
Los ojizo-san, aunque parecidos, no son iguales. Estas divinidades protectoras se encuentran en muchas partes de Japón, incluyendo por supuesto este templo, y desempeñan un papel de protección sobre todas las cosas vivientes. A diferencia de las detalladas estatuas de rakan, las figuras de ojizo-san son mucho más toscas, ya que están esculpidas directamente en la roca, y suelen llevar una prenda roja que los distingue.
Cómo llegar al templo Otagi Nenbutsu-ji
El templo Otagi Nenbutsu-Ji se encuentra en Oku-Sagano, a unos 3 km del puente Togetsu-kyo, en el distrito de Arashiyama. Frente al templo, hay una parada de autobús «Otagidera-mae«.
Puedes coger cualquier autobús (62, 72, 92 o 94) en dirección Kiyotaki que te llevará a dicha parada. Estos autobuses circulan por la calle principal de Arashiyama, por lo que no tendrás dificultades para encontrarlos. Sin embargo, ten en cuenta que los horarios son limitados, lo que a veces puede complicar tu planificación.
Algunos turistas, sin embargo, van hasta allí en bicicleta porque hay muchas tiendas de alquiler de bicicletas en Arashiyama. Recomendamos dos tiendas, Railwayman Bicycle Rental y Ranbura Rental Bicycle, porque ambas tienen bicicletas eléctricas. Hay muchas cuestas en la zona, por lo que una bicicleta eléctrica puede ser una forma estupenda de desplazarse.
Si prefieres caminar, puedes llegar al Templo Otagi Nenbutsu-ji desde el centro de Arashiyama. El trayecto dura aproximadamente 30 minutos y es un agradable paseo por el distrito histórico de Saga Toriimoto.
El templo está abierto todos los días de 8:00 a 16:30 y la entrada cuesta 300 yenes. Se recomienda dedicar al menos una hora para recorrer el templo y admirar las estatuas.
Qué ver cerca del templo Otagi Nenbutsu-ji
- Saga Toriimoto: Un encantador distrito de conservación histórica con calles empedradas y casas tradicionales japonesas.
- Templo Adashino Nenbutsu-ji: Un templo cercano famoso por sus estatuas de piedra en memoria de los difuntos.
- Templo Gio-ji: Un pequeño templo rodeado de exuberante vegetación y musgo, creando un ambiente sereno y místico.
- Templo Daikaku-ji: Un antiguo templo con un lago paisajístico y hermosos jardines que ofrecen un remanso de paz.
- Templo Jojakko-ji: Ubicado en la ladera de una montaña, este templo ofrece vistas panorámicas de Kioto y hermosos jardines.
- Monte Atago: Es una montaña sagrada y un sitio de peregrinación importante en Kioto. Ofrece rutas de senderismo y un santuario en la cima con vistas panorámicas impresionantes.
- Tren Romántico de Sagano: También conocido como el «Sagano Scenic Railway» o «Sagano Torokko,» este pintoresco tren recorre el hermoso paisaje de Arashiyama y el río Hozugawa. Es una experiencia única para disfrutar de las vistas naturales de la región.
- Crucero por el río Hozugawa: Si has disfrutado del viaje en el tren turístico de Sagano, una experiencia adicional fascinante es regresar al centro de Arashiyama a bordo de un crucero por el río Hozugawa. Este paseo en barco tradicional, aunque orientado al turismo, te llevará por las aguas serpenteantes del río hasta llegar al extremo del Parque Kameyama, muy cerca del icónico puente Togetsu-kyo. Es una forma encantadora de concluir tu aventura en esta hermosa región.
Otagi Nenbutsuji es un lugar poco conocido y poco visitado, lo que lo convierte en un destino ideal para escapar del bullicio de la ciudad y conectar con la cultura y la naturaleza japonesa. Si te animas a visitarlo, no olvides buscar tu estatua favorita y hacerle una foto. Seguro que te saca una sonrisa 😄.