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Templo Kinkakuji: el pabellón dorado de Kioto

¿Te gustaría visitar el templo Kinkakuji, uno de los lugares más bellos y emblemáticos de Japón? ¿Quieres conocer la historia y el significado de un templo que brilla con el reflejo del sol? En este artículo te contaremos todo lo que necesitas saber sobre este maravilloso lugar, desde su origen y su evolución hasta sus mejores momentos para visitarlo. Te aseguramos que después de leerlo, querrás hacer las maletas y viajar a Kioto para verlo con tus propios ojos.

Kinkakuji

Historia del templo Kinkakuji

El nombre oficial del templo es Rokuon-ji, que significa «Templo del Jardín del Ciervo», pero se le llama popularmente Kinkakuji por el color dorado de su edificio principal, el Pabellón Dorado.

El templo Kinkakuji fue construido originalmente en 1397 como una villa de descanso para el shogun Ashikaga Yoshimitsu, el líder militar y político de la época Muromachi (1336-1573). El shogun era un hombre poderoso y ambicioso, que quería mostrar su riqueza y prestigio a través de su residencia. Por eso, mandó a decorar el exterior del edificio con hojas de oro fino, que le daban un aspecto deslumbrante.

El templo estaba rodeado de un hermoso jardín zen, con un estanque que reflejaba su imagen dorada. El shogun disfrutaba de la paz y la belleza de su villa, donde recibía a invitados ilustres y celebraba fiestas fastuosas.

Cuando el shogun murió en 1408, dejó instrucciones para que su villa fuera convertida en un templo budista zen de la escuela Rinzai, siguiendo su voluntad de convertirse en un buda después de su muerte. Así nació el templo Kinkakuji, que pasó a ser un lugar sagrado y venerado por muchos fieles.

El templo albergaba reliquias budistas y obras de arte, y era visitado por monjes, nobles y peregrinos. El templo también fue testigo de algunos episodios violentos de la historia japonesa, como la guerra civil conocida como la Guerra Ōnin, que devastó gran parte de Kioto entre 1467 y 1477. Sin embargo, el templo logró sobrevivir a los incendios y saqueos que sufrió la ciudad.

Pero el destino del templo cambió drásticamente en 1950, cuando un joven monje con problemas mentales le prendió fuego al edificio, destruyéndolo por completo. El monje quedó tan traumatizado por su acción que se suicidó poco después.

El incendio del templo Kinkakuji conmocionó al país y al mundo entero, y fue inmortalizado en la novela «El pabellón de oro» del escritor japonés Yukio Mishima. Muchos pensaron que el templo nunca podría ser reconstruido, pero gracias a la voluntad y el esfuerzo de la gente, se logró recaudar fondos para restaurarlo.

El actual templo Kinkakuji

El nuevo templo Kinkakuji fue inaugurado en 1955, siguiendo el diseño original del siglo XIV. El Kinkakuji actual es una réplica fiel del original, pero con más cantidad de oro.

El edificio tiene tres pisos, cada uno con un estilo arquitectónico diferente. El primero, conocido como Hōsui-in, es de estilo shinden, típico de los palacios aristocráticos japoneses del periodo Heian (794-1185). El segundo, llamado Chōondō, es de estilo buke-zukuri, propio de las casas samuráis del periodo Kamakura (1185-1333). Y el tercero, conocido como Kukkyo-chō, es de estilo karayo, inspirado en los templos zen.

Los dos pisos superiores están recubiertos de oro puro, que se renovó en 1987 para darle más brillo y durabilidad. El templo también tiene una estatua de un fénix dorado en el tejado, que simboliza la resurrección y la eternidad.

El interior del pabellón no se puede visitar, pero se puede apreciar desde fuera la imagen de Buda y la diosa Kannon que se encuentran en su interior.

El templo Kinkakuji simboliza la armonía entre el cielo, la tierra y el agua, y representa las tres verdades del budismo: la verdad ilusoria, la verdad relativa y la verdad absoluta. También es un lugar de culto a Kannon, la diosa de la misericordia, quien se cree que protege el templo.

Paisajismo inspirador

Hoy en día, el templo Kinkakuji es uno de los sitios más visitados y fotografiados de Japón, y ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994. El templo sigue siendo un lugar sagrado, donde se realizan ceremonias religiosas y se conservan objetos históricos, pero también es un lugar para admirar la belleza y la armonía de la naturaleza, que cambia según las estaciones del año.

En primavera, se puede ver el contraste entre el oro del templo y el rosa de las flores de cerezo; en verano, se puede disfrutar del verde de los árboles y el azul del cielo; en otoño, se puede apreciar el rojo y el naranja de las hojas que caen; y en invierno, se puede contemplar el blanco de la nieve que cubre el templo.

El Pabellón Dorado se refleja majestuosamente en el estanque Kyoko-chi, que significa «Espejo de agua». El estanque está rodeado de un hermoso jardín japonés, Rokuon-ji, declarado Monumento Histórico y Paisajístico Único. El jardín está diseñado para ofrecer diferentes vistas del Pabellón Dorado según se camina por él, creando una sensación de armonía y equilibrio.

Los árboles cuidadosamente podados y los cuidados detalles de cada rincón del jardín resaltan la belleza natural y la perfección manifiesta en la simplicidad. En el jardín se pueden ver también rocas, islas, puentes, cascadas y carpas de colores que simbolizan la cosmología budista.

También podrás ver la cascada Ryumon-taki, que mide apenas 2,3 metros. En su parte superior, destaca una roca conocida como rigyoseki o «roca-carpa», vinculada a una leyenda china sobre una carpa que se convirtió en dragón al escalar esta cascada.

Otro punto que no te puedes perder es el estanque Anmintaku, famoso por nunca quedarse seco. En su interior, hay una isla pequeña con una pagoda de piedra de cinco pisos. Además, encontrarás estatuas de piedra donde los visitantes lanzan monedas para atraer la buena suerte.

Horarios y mejor momento para visitar el templo Kinkakuji

Es esencial planificar tu visita al Kinkakuji considerando los horarios y la temporada. El templo abre sus puertas a las 9 de la mañana y cierra a las 5 de la tarde, siendo recomendable llegar temprano para evitar multitudes y disfrutar de la tranquilidad del lugar.

La mejor época para visitar es durante la primavera, cuando los cerezos están en flor, o en otoño, cuando el follaje adquiere tonos rojizos y dorados.

La entrada tiene un coste de 500 yenes para adultos y 300 yenes para niños.

Cómo llegar al templo Kinkakuji

Para llegar al templo Kinkakuji, hay varias opciones de transporte público.

Una de ellas es tomar el autobús número 101 o 205 desde la estación de Kioto hasta la parada Kinkakuji-michi, que está a unos 5 minutos a pie del templo.

Otra opción es tomar el metro Karasuma Line hasta la estación Kitaoji, y luego tomar el autobús número 101, 102, 204 o 205 hasta la parada Kinkakuji-michi. El viaje en metro y autobús dura unos 40 minutos desde la estación de Kioto.

También se puede tomar un taxi desde la estación de Kioto hasta el templo, pero es más caro y depende del tráfico.

Dónde dormir en Kioto

Recomendamos alojarse en una machiya (una casa tradicional japonesa), sobre todo si vais en familia:

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